domingo, 12 de marzo de 2017

Mi madre recuerda encuentro con Fidel hace 35 años

“Hoy mi madre, quien pertenece al bando de los agradecidos recuerda aquella fecha hace 35 años, resalta la figura de Fidel y continúa comprometida con la patria”

Por: Alfredo Ballesteros Alfonso (caminantecubano@gmailcom)

Mi madre, médico de profesión, durante largas conversaciones me comenta sobre sus inicios en la carrera de medicina, sus experiencias en el trabajo, así como minuciosos detalles de su misión internacionalista en Bolivia. Soy su biógrafo.

Del país andino trajo valiosos recuerdos, desde salvar vidas como anestesióloga e intensivista, visitar dos veces La Higuera donde cayeran en combate el Che, Olo Pantoja y sus compañeros de lucha, hasta llegar a ser reconocida como la mejor directora de hospitales “a tu mamá la conoce toda la misión cubana en Bolivia, se habla mucho de ella y de sus resultados de trabajo” me comentó en entrevista una colaboradora de la misión educativa. Me erizaba de orgullo cada vez que recibía un mensaje parecido. Mi madre, estaba en Santa Cruz de la Sierra, el corazón económico de Bolivia, pero también el centro de la oposición al gobierno del Presidente Evo Morales.

Esta carrera de éxitos tuvo su arrancada un día como hoy hace 35 años. El 12 de marzo de 1982 se reunieron en La Habana un grupo de adolescentes que terminaban el 12 grado y vestían uniformes de diversos colores. Fueron convocados por el Comandante Fidel Castro. Salieron en tren, llevaban banderas y carteles de identificación, pero sugirieron guardarlas para no llamar la atención y así dar una sorpresa a toda Cuba cuando llegaran a la capital.

Muchos de ellos como mi madre, nunca habían visto una gran ciudad. Hijos e hijas de obreros, campesinos, personas humildes iba al añorado encuentro con Fidel el que ocurrió como estaba previsto a las ocho de la noche de aquel 12 de marzo. “Al entrar Fidel hubo ovaciones, ver aquel hombre tan elegante, tan alto, tan admirado por los que estábamos allí, era algo que nos costaba creer”, -cuenta mi madre.

Después de que el Comandante de la Sierra conversó con los jóvenes expectantes, dejó inaugurado el primer destacamento de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay. Fidel les presentó el uniforme blanco y azul que usarían y los exhortó a prepararse y a estudiar para que se formaran como buenos profesionales de la salud. Antes de irse los retó al decirles “Vamos a ver cuántos de ustedes y yo nos vemos aquí dentro de seis años”.

A los seis años en 1988, Fidel volvió al Carlos Marx para reencontrase con muchos de los mismos jóvenes, pero ya no iban con uniformes de varios colores, ya no eran adolescentes. Iban con su uniforme azul y blanco y graduados de médicos. Regresaban a La Habana luego de una ardua carrera que los había forjado para futuro. Cumplirían su misión de salvar vidas dentro y fuera de la isla.

Hoy mi madre, quien pertenece al bando de los agradecidos recuerda, entre los quehaceres de la casa aquella fecha. Resalta la figura de Fidel y continúa comprometida con su patria, sus ideales, con los pacientes y con la institución donde trabaja, el Hospital General Docente Orlando Pantoja Tamayo de Contramaestre.

Ella, ha sido fiel a la profesión que escogió al igual que muchos de sus compañeros de trabajo que hoy también recuerdan este memorable día. Muchos están en la patria, otros, del otro lado del mar llevando la salud a pueblos humildes.

Foto: Dra. Maria Eugenia Alfonso en Valle Grande, Bolivia. Año 2008.

No hay comentarios: