"Hoy sé porque la respuesta de mi amigo fue el silencio. Tuvo visión larga, y no todos la
poseen".
Por Alfredo Rafael Ballesteros Alfonso. (Locutor de Radio Progreso)
La radio es una
escuela para toda la vida, es el titular con el cual un periodista amigo
encabeza una entrevista que me realizó en octubre del 2007. En ese momento, acababa de aprobar satisfactoriamente mi curso de habilitación como locutor de
radio y tenía fervientes deseos de trabajar.
Recuerdo que me
catalogó en su escrito personalidad de la radio en Contramaestre, y
sin ningún síntoma de autosuficiencia, le pregunté porque había utilizado ese
calificativo, no creía merecerlo. Silencio obtuve por respuesta.
En el blog Caracol
de Agua se publicó por primera vez esta entrevista. Para algunos detractores
fue un trabajo sin importancia, ya que era, hasta ese momento, una persona
desconocida en los medios; otros, los más optimistas, plasmaron su mensaje de
apoyo.
Trabajé en Radio
Triple M Oriental en Tercer Frente, durante el tiempo que viví en ese
territorio montañoso, con apenas dieciocho años de edad. Allí tuve la
responsabilidad de conducir varios programas. De ese colectivo me llevé una
gran enseñanza: cuando trabajas unido obtienes lo que te propones.
A mi regreso a
Contramaestre pensé que correría la misma suerte, desafortunadamente no fue así. Algunas
personas con el poder de decidir quién está y quién no, me mantuvieron al
margen de todo lo que significa superación en la radio, haciendo falta voces
masculinas en la emisora de ese municipio. Solamente realizaba la locución del
programa De Liga Grande cuando faltaba una de las dos locutoras titulares. Fue
el único espacio que me recibió.
Toqué muchas
puertas en Grito de Baire y siempre la respuesta fue la misma “no hay espacio”.
Mi respeto para todo el equipo de artistas de esa emisora, quienes todos los
días dan todo para que el oyente quede complacido.
En 2010 la
entrevista, que a inicios menciono, parecía olvidada. Algunos comentaron
negativamente en Facebook a propósito de la misma. Aseveraban con firmeza que había sueños que siempre
lo serían, aunque a la vez se contradecían al expresar que el talento termina
por imponerse, sin importar cuántas trampas existieran en el camino.
De eso me percaté
cuando llegué a CMKC Radio Revolución, en Santiago de Cuba, y su colectivo de
artistas me recibió con cariño y confianza. Allí tuve la oportunidad que
deseaba, llegué a realizar la locución del programa de las madrugadas
“Comenzando el día”, y el juvenil “Generación”.
Al ver que eran
casi nulas las posibilidades de hacer radio en Contramaestre, como voz titular
frente a un micrófono, pensé en una Radio Base, un colectivo de jóvenes
estudiantes protagonistas de algo sui géneris en ese territorio del oriente de
Cuba, proyecto que fue todo un éxito.
Pero a todo artista
le gusta probarse y saber hasta dónde puede llegar y más si existe juventud y
deseos de hacer realidad ese sueño que muchas personas ven muy lejos.
Me trasladé hacia
la capital del país buscando horizontes y los encontré. Llegué una mañana a una
legendaria emisora de la familia cubana. Me presenté. Con amabilidad fui
recibido. Realicé las pruebas que exige el consejo artístico y resulté
aprobado. En estos momentos me encuentro trabajando en Radio Progreso, Cadena
Nacional. Hoy sé porque la respuesta de mi amigo fue el silencio. Tuvo visión larga, y no todos la
poseen. Es doloroso a veces dejar atrás casa, familia, amores, amigos sinceros,
como los que tengo.
Al despegar, en una
nave aérea de Santiago, miraba con nostalgia por la ventanilla. Iba a un mundo
nuevo, desconocido, pero decidido a enfrentarlo. Hoy todos celebran junto a mí
esta victoria, especialmente mi abuela Blanca, quien continúa siendo mi más
fiel oyente. Aprendí que para alcanzar grandes metas hay que realizar enormes sacrificios.
Hoy ratifico dos
cuestiones, la primera, que “cuando se quiere se puede”, y la segunda, esa que
nunca falla: “cuando se intenta truncar el talento este termina por imponerse”.