domingo, 19 de marzo de 2017

Manos de agradecidos honran a Fidel

 
“Antes, en mis viajes a Santiago de Cuba lo había visto desde la carretera”


Por: Alfredo Ballesteros Alfonso (caminantecubano@gmail.com)

Quien viaja por la Carretera central de Cuba encuentra este gigantesco “FIDEL VIVE” en el tramo que une a los municipios de Contramaestre y Palma Soriano. Específicamente en “La Cumbre” loma ubicada en la comunidad de Aguacate sus habitantes rinden póstumo tributo a Fidel. 

Antes, en mis viajes a Santiago de Cuba lo había visto desde la carretera. Fue hasta este momento que visité el lugar y pude conocer detalles de las enormes letras.

Al llegar, ese cartel llamó mi atención una vez más. Pregunté por sus protagonistas. Enseguida mi novia, a quien acompañaba en viaje familiar me llevó con Juan Cuevas (Güancho) uno de sus creadores. A este amigo, luego de saludarlo afectuosamente, le pedí que me acompañara hasta el sitio escogido, amablemente aceptó. Sostuvimos una conversación durante los más de cuarenta minutos de camino.

Alfredo Ballesteros Alfonso (ABA): Güancho, Desde la carretera todo el que viaja hacia Santiago de Cuba ve este cartel gigante ¿Fue una iniciativa de ustedes o una orientación de la dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC)?

Juan Cuevas (JC): La idea fue nuestra, de la gente de aquí. Gente revolucionaria que quiere a Fidel. Nos reunimos un grupo de compañeros días antes del paso de la caravana y pensamos qué hacer en esta loma llamada “La Cumbre”. Por la posición de la misma, como puedes ver, da la posibilidad de que sea vista por todos los que viajan para Santiago. A ambos lados del cartel pusimos dos banderas: la cubana y la del 26 de Julio.

(ABA): ¿Quiénes participaron en la confección del mismo?

(JC): Amigos y vecinos tuvimos que dar mucho machete en esta zona porque la hierba estaba muy alta, daba a la cintura. Luego los estudiantes recolectaron las piedras. Desde lejos se ve bien porque el FIDEL tiene seis metros de alto y el VIVE alrededor de tres.

(ABA): Pero desde aquí, por el tamaño es difícil realizar la obra con éxito ¿Cómo lograron que todas las letras quedaran derechas y a la misma distancia?

(JC): Después que chapeamos el área y recolectamos las piedras marcamos el terreno con la idea de lo que queríamos, luego algunos bajaron allá a la carretera y comunicándonos por teléfonos celulares íbamos corrigiendo los errores. Tuvimos que bajar y subir varias veces esta loma antes de concluir el trabajo.

(ABA): ¿En algún momento pensaron en otra frase?

(JC): Teníamos dos propuestas: “COMANDANTE SEGUIREMOS TU EJEMPLO” y “FIDEL VIVE”. Al final decidimos por esta que ha llamado mucho la atención. Recuerdo que el día que pasó la caravana con los restos de Fidel el helicóptero dio varias vueltas sobre el cartel para sacarlo por la televisión. Aquí teníamos una radio base amplificada y escuchamos cuando el periodista dijo que en una loma de Palma Soriano se leía “FIDEL VIVE”. Te imaginas el orgullo de todos aquí, por homenajear a Fidel y por ver como nuestro humilde trabajo era reconocido. También muchos turistas paran en la carretera y desde allá abajo tiran fotos. 

(ABA): ¿Mantendrán el cartel?

(JC): Nos han propuesto desde las instituciones hacer aquí algo más bonito, con más estética. Pero mientras lo mantendremos así. Ya viste, hoy tuvimos que organizar algunas piedras porque los animales las riegan.

(ABA): Es esperanzador encontrar a personas con estas iniciativas, quienes con sus posibilidades y recursos se fueron a lo alto de la “La Cumbre” para gritar al mundo, desde la comunidad de Aguacate en Palma Soriano, que “FIDEL VIVE”. Las instituciones no deben intervenir. Estas letras nacidas de la inspiración de los pobladores encierran el amor y el recuerdo de esta gente hacia Fidel.

No se debe despojar a las comunidades de iniciativas y tradiciones, si así pasara ya no sería el cartel que un día hicieron con machetes, piedras, escasa pintura y voluntad sobrada. Ya los niños no se sentirían orgullosos al mirar hacia él y saber que pusieron sus manos en este mensaje.

Una obra que debe perdurar allí en la cima de “La Cumbre”, construida por manos humildes de gente de a pie como las de Aguacate, de gente, como pude sentirlo al estar allí, de corazones agradecidos.

NOTA: Esta entrevista fue publicada en Cubadebate.

domingo, 12 de marzo de 2017

Mi madre recuerda encuentro con Fidel hace 35 años

“Hoy mi madre, quien pertenece al bando de los agradecidos recuerda aquella fecha hace 35 años, resalta la figura de Fidel y continúa comprometida con la patria”

Por: Alfredo Ballesteros Alfonso (caminantecubano@gmailcom)

Mi madre, médico de profesión, durante largas conversaciones me comenta sobre sus inicios en la carrera de medicina, sus experiencias en el trabajo, así como minuciosos detalles de su misión internacionalista en Bolivia. Soy su biógrafo.

Del país andino trajo valiosos recuerdos, desde salvar vidas como anestesióloga e intensivista, visitar dos veces La Higuera donde cayeran en combate el Che, Olo Pantoja y sus compañeros de lucha, hasta llegar a ser reconocida como la mejor directora de hospitales “a tu mamá la conoce toda la misión cubana en Bolivia, se habla mucho de ella y de sus resultados de trabajo” me comentó en entrevista una colaboradora de la misión educativa. Me erizaba de orgullo cada vez que recibía un mensaje parecido. Mi madre, estaba en Santa Cruz de la Sierra, el corazón económico de Bolivia, pero también el centro de la oposición al gobierno del Presidente Evo Morales.

Esta carrera de éxitos tuvo su arrancada un día como hoy hace 35 años. El 12 de marzo de 1982 se reunieron en La Habana un grupo de adolescentes que terminaban el 12 grado y vestían uniformes de diversos colores. Fueron convocados por el Comandante Fidel Castro. Salieron en tren, llevaban banderas y carteles de identificación, pero sugirieron guardarlas para no llamar la atención y así dar una sorpresa a toda Cuba cuando llegaran a la capital.

Muchos de ellos como mi madre, nunca habían visto una gran ciudad. Hijos e hijas de obreros, campesinos, personas humildes iba al añorado encuentro con Fidel el que ocurrió como estaba previsto a las ocho de la noche de aquel 12 de marzo. “Al entrar Fidel hubo ovaciones, ver aquel hombre tan elegante, tan alto, tan admirado por los que estábamos allí, era algo que nos costaba creer”, -cuenta mi madre.

Después de que el Comandante de la Sierra conversó con los jóvenes expectantes, dejó inaugurado el primer destacamento de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay. Fidel les presentó el uniforme blanco y azul que usarían y los exhortó a prepararse y a estudiar para que se formaran como buenos profesionales de la salud. Antes de irse los retó al decirles “Vamos a ver cuántos de ustedes y yo nos vemos aquí dentro de seis años”.

A los seis años en 1988, Fidel volvió al Carlos Marx para reencontrase con muchos de los mismos jóvenes, pero ya no iban con uniformes de varios colores, ya no eran adolescentes. Iban con su uniforme azul y blanco y graduados de médicos. Regresaban a La Habana luego de una ardua carrera que los había forjado para futuro. Cumplirían su misión de salvar vidas dentro y fuera de la isla.

Hoy mi madre, quien pertenece al bando de los agradecidos recuerda, entre los quehaceres de la casa aquella fecha. Resalta la figura de Fidel y continúa comprometida con su patria, sus ideales, con los pacientes y con la institución donde trabaja, el Hospital General Docente Orlando Pantoja Tamayo de Contramaestre.

Ella, ha sido fiel a la profesión que escogió al igual que muchos de sus compañeros de trabajo que hoy también recuerdan este memorable día. Muchos están en la patria, otros, del otro lado del mar llevando la salud a pueblos humildes.

Foto: Dra. Maria Eugenia Alfonso en Valle Grande, Bolivia. Año 2008.