"Hay quienes lo piensan varias veces, otros, optan por la desinformación teniendo el dinero en el bolsillo, es que solo saber lo que cuesta una hora, produce vértigos" |
Por
Alfredo Ballesteros Alfonso (malfonso@medired.scu.sld.cu)
Caminando las calles de
Contramaestre pasado el mediodía, decidí disfrutar de un buen café en el sitio
donde pobladores y artistas acudimos para conversar y compartir obras “El Café
Cantante”. De pronto, un amigo me hiso llegar algunos post que había descargado
de Internet. El debate sobrevino después.
Un observador sentado en
nuestra mesa luego de conocer la forma en la que el joven escritor había tenido
acceso a la información, preguntó asombrado ¿Que sacrificaste 4.50 CUC para
descargar “eso”? Él, con gran ecuanimidad contestó -prefiero gastarlo en Internet que en una botella de ron.
Hay quienes lo piensan
varias veces, otros, optan por la desinformación teniendo el dinero en el
bolsillo, es que solo saber lo que cuesta una hora, produce vértigos.
Ese precio debe bajar para
que otras personas puedan compartir un post en facebook, hacer un comentario en
twiter, leer la página cultural de “El País” o, sencillamente para conocer de
la Liga Española de Futboll, reflexionamos los presentes, durante la taza de
café.
Antes de terminar la
conversación, reparé que los que vivimos al oriente de la isla y no tenemos
acceso a Internet debemos lanzarnos al cimarronaje, así llamamos al huequito
furtivo cuando actualizamos el blog o el facebook para ilustrar a la Cuba real,
la que vivimos día a día.
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